Supongo que cuando decidimos cruzar nuestros caminos sabiamos que iba a ser un desastre, que nos ibamos a estampar contra la pared en algun momento, no sabiamos en cual, y por eso no parabamos, seguiamos adelante sin siquiera pensar que nos encontraríamos con un final repentino e inesperado. En el fondo sabiamos que ibamos a acabar heridos, nos dedicabamos a centrarnos en el otro, y no nos dabamos cuenta que el tiempo pasaba y las cosas cambiaban tan rapidamente.. Almenos yo no quise parar, no me importaba salir herida en aquel momento. Acabé destrozada, pero aún asi volvería a repetirlo, porque no lo veo como un error, lo veo como una experiencia más, de la que puede que no haya salido de una pieza, pero que la disfrute a cada segundo, era como la adrenalin,a una situación que siempre iba al límite, cómo cuando saltas de un paracaídas y sabes que en algún momento tocarás el suelo, pero no sabes en cual porque no miras hacia abajo, te dedicas a mirar el cielo azul hasta que te estampas contra el terreno.